La regeneración del planeta, fuente inagotable de riqueza

Participé en una sesión de trabajo organizada por el Centro de Estudios Alfredo Rubio, de la ‘Universitas Albertiana’, para preparar el primer Congreso sobre Realismo Existencial, “Fundamentos para una equidad”. Uno de los ponentes, el economista y auditor de cuentas, David Martínez disertó sobre “Desigualdad, tecnología y el futuro del planeta”.   Entre sus sugerentes propuestas mencionó el movimiento internacional “HOPE” (esperanza) que muestra, científicamente y en la práctica, la capacidad para encontrar soluciones regenerativas. En ocasiones había visto algunos videos de HOPE. Todos ellos creativos y motivadores para el despertar de las consciencias hacia un giro copernicano, difícil pero viable: detener el cambio climático fruto de la depredación humana, la falta de comunión y fraternidad entre nosotros y con el planeta.  En la Web de HOPE, entre otras propuestas, presentan la serie, Estamos a tiempo, con Javier Peña. Una serie de reportajes que desvelan experiencias reales de que es posible accionar en pro de la vida. Vivimos en un planeta generoso y, en equilibrio, todos ganamos. La esperanza de esta serie y la labor de HOPE está en que, la crisis climática se presenta como una oportunidad única para transformar nuestro futuro. Nos ofrecen valiosísimas iniciativas de regeneración ecológica que, no sólo han restaurado la vida en la Tierra, también han mejorado la calidad de vida de las personas. Estamos a tiempo consta de 6 capítulos (1. La gran oportunidad, 2. El poder de las palabras, 3. Metamorfosis, 4. Lo invisible, 5. La gran transformación, 6. El ingrediente secreto) y puede verse en RTVE – Play, también a través de otras plataformas. Al respecto de la serie y de las transformaciones que en el mundo necesitamos realizar para que sea más justo, solidario y fraterno, el economista David Martínez comentó en su exposición Desigualdad, tecnología y el futuro del planeta que, “Las soluciones que aportan son soluciones viables y rentables económicamente: pueden hacerse creando millones de empleos. Empleos que, en muchos casos, podrían estar situados en aquellas regiones del planeta donde la desigualdad es más profunda. No se trata de oponer un mundo “tecnificado” a un mundo “naturalizado”, sino de reconciliar ambas dimensiones. De entender que la dignidad no se alcanza solo con conectividad o digitalización, sino también con tierra fértil, agua limpia y comunidades cohesionadas”. Y continuó, “Por eso, abogo por un nuevo modelo de desarrollo. Un modelo que tenga en su centro la regeneración del planeta como fuente inagotable de riqueza. Que use la tecnología no para excluir, sino para integrar. Que genere empleos dignos, sostenibles, arraigados en el territorio. Que revalorice la economía primaria -la agricultura, la pesca, la silvicultura- no como actividades del pasado, sino como el corazón de un futuro viable. En definitiva, un modelo económico que iguale en dignidad, en lugar de separar y segmentar porque todos nos necesitamos para sobrevivir en este planeta”. “No podemos permitirnos seguir corriendo tras una modernidad vacía que convierte todo en mercancía y todo lo desecha. Debemos imaginar otro modo de habitar el planeta. Donde la dignidad de las personas y la salud del planeta no estén en conflicto, sino en armonía”. Cada uno desde nuestro lugar y espacio, tenemos un papel insustituible en la regeneración ecológica y, como la tierra es generosa, esperamos que sus efectos multiplicadores germinen en vida abundante para el planeta y todos sus habitantes. Anna M. Ollé Borque Barcelona

Aspiramos a vivir en paz

Recomendamos leer este excelente artículo del obispo de San Feliu de Llobregat.– la guerra es siempre una derrota para la humanidad– el armamentismo y la escalada bélica son una locura– hay una creciente manipulación de la opinión pública mediante la difusión de narrativas que justifican la guerra– los pueblos y los ciudadanos aspiran a vivir en paz https://revistaecclesia.es/rearme-europa-paz-dialogo-doctrina-social-iglesia

El amor es asimétrico

En toda relación de cariño -familiar, de pareja, de amigos-, cada persona ama sólo en la medida de sus posibilidades. No todo el mundo tiene la misma capacidad para dar y recibir amor. Esa capacidad podría ser descrita de muchas formas. Por ejemplo, cuánto la persona realmente conoce y acepta a la otra, cuánto la respeta en sí misma y en sus decisiones libres; si es capaz de escucharla y acoger su realidad, cómo favorece su desarrollo y su bienestar, si tiene paciencia en aquello que le es difícil gestionar… Y para recibir amor, correlativamente se requiere respetarse a sí misma, ser veraz ante la otra persona y dejarse conocer, dejarse cuidar y recibir atenciones… En todo amor auténtico la reciprocidad es clave para que haya una relación sana. Es dar y recibir. Pero incluso en la reciprocidad, el amor suele ser asimétrico. Una de las partes suele amar más intensamente que la otra. O al menos, con tipos de generosidad dispar: en unos campos más que en otros, cosa no siempre percibida en sus matices, de modo que con frecuencia las personas se perciben dando más que lo que reciben. La mayoría de nosotros estamos muy pobremente formados en el arte de amar. Hemos ido creciendo selváticamente a base de experiencias más o menos gratificantes o dolorosas. Nos defendemos, nos escondemos, calculamos… Aun así, casi siempre intentamos amar. Es aquí donde hay que recordar que, sea en la medida y del modo que sea, cuando alguien expresa un gesto de amor sincero y desinteresado, lo hace gratis. En ese dar y recibir, las personas nos regalan su tiempo, su apoyo, porque quieren. Son libres, pueden hacerlo o no. Nada puede exigirse. Y mucho menos reclamarse como «pago» por algo que uno hizo en momentos anteriores. Todo don se da porque se quiere dar. Y toda respuesta o correspondencia, es también gratuita por parte de los otros. El dinamismo de una gratuidad de cariño es difusivo y alcanza mucho más allá de los inmediatos. Llega lejos, irradia hasta quienes no conocemos, por esa indefinible conexión que existe entre las personas. En nuestras relaciones personales asumamos que posiblemente hay quien nos ama mucho y nosotros menos, y en otros casos la asimetría se da al revés: nosotros expresamos más amor que el que percibimos de alguien. Y no podemos ni debemos exigir nada. La primera condición de la amistad es no forzar. Cada uno da lo que puede dar. Así es entre Dios y nosotros. Él da todo. Nosotros, lo que podemos. Pero así su Amor llega lejos. Mucho más allá de nosotros. Leticia Soberón

Se han repartido el mundo

La canción ‘Plus Rien Ne M’étonne’ de Tiken Jah Fakoly es una crítica a la división geopolítica del mundo. Incluyendo la partición de África, que se efectuó por las potencias coloniales. Pienso que hoy, con la creciente desconfianza en los gobernantes de muchos países, lamentablemente podemos decir, en muchas partes, que “ya nada nos sorprende”. La canción nos ayuda a tomar conciencia de la necesidad de cambio ético en nuestros sistemas políticos. Las democracias tendrán que dar un salto cualitativo.

No queremos flores ni chocolates. Exigimos respeto a nuestra dignidad de ser Mujer

El Día Internacional de la Mujer, se celebra cada 8 de marzo conmemorando la lucha de la mujer por su emancipación y participación en la sociedad con equidad y justicia. Desde hace décadas trabajamos para derrotar la cultura machista, el abuso contra la mujer, el patriarcado… favoreciendo la dignidad y el desarrollo integro de cada persona, especialmente de las mujeres. Hemos avanzado. En este día, honramos y agradecemos a tantas mujeres que luchadoras, tenaces, revolucionarias cambiaron sus mundos y la historia.   Este breve y sustancioso escrito que adjuntamos de María Esperanza Sosa, colombiana, expresa bellamente lo que muchos corazones sentimos y vivimos en relación a este día Internacional de la Mujer que, debería ser vivido CADA DIA reclamando el reconocimiento y respeto hacia todas las mujeres. Aún nos queda mucho por avanzar para desechar el servilismo, las violencias y la esclavitud en muchas partes del mundo. Que nuestro pan de cada día sea lograr que ‘la dignidad se haga costumbre’. ********************** Ni flores ni chocolates. Ocho de marzo, día de memoria dolorosa, pero sobre todo, resiliente. Este resistir en la esperanza, que es la mejor definición de resiliencia, me lleva a contemplar los caminos inmemoriales, y en ellos, millares de mujeres formando el gran espiral del origen y la trascendencia: Veo a la mítica Agar, lanzada por la violencia del patriarcado, de la casa de Sara a la sequedad del desierto lleno de peligros y de muerte, llevando abrazado al hijo rechazado y enfrentada al dios de Abraham exigiendo su derecho a existir. Derecho a existir, que piden hoy entre lágrimas y sangre, las mujeres de Gaza e Israel; de Ucrania y Rusia… Veo a María de Nazareth, huyendo a lo desconocido, para salvar el fruto de su vientre de la violencia prepotente y desalmada de Herodes. Y, en esta joven madre desplazada, hoy veo mujeres de todos los rincones de la Casa común, huyendo en medio de la noche entre bombas y ráfagas de metralletas, atormentadas por el hambre y la guerra, «con los pies descarnados sobre los duros caminos de piedra» -como dice una antigua canción-. Veo con dolor y rabia al interior de las comunidades, a mujeres víctimas de la violencia intrafamiliar que muchas veces termina en feminicidios. Hoy recuerdo a Luz Mary y a Naidu, mujeres que se atrevieron a estudiar y a graduarse y, encontraron la muerte de mano de sus parejas, por querer un mundo mejor para las mujeres. Pero por encima de tanto dolor, veo a MUJERES empoderadas que levantan la voz, que caminan con la frente alta, que actúan con conciencia clara en sus comunidades. Mujeres animando a otras mujeres, para que formen círculos abiertos que se conviertan en espirales de Vida. Hoy, es un día para este reconocimiento… No bastaría el papel, para consignar la fértil labor de las mujeres. Esta es la razón para decir que hoy no queremos flores ni chocolates. Exigimos respeto a nuestra dignidad de ser MUJER. Queremos sentirnos Amadas. Valoradas. Aceptadas. Y, seguir luchando como dice Francia Márquez, la vicepresidenta de mi país, que ha sufrido en carne propia el latigazo de la violencia y la discriminación por ser empobrecida. Por ser mujer. Por ser negra:» Hasta que la dignidad se haga costumbre.» María Esperanza Sosa, Córdoba. COLOMBIA, 28.02.2024 |

Mensaje para los artistas

Con ocasión del año jubilar de la Iglesia Católica Romana el papa Francisco recuerda a los artistas su responsabilidad y lo que pueden aportar a la humanidad. Un mensaje inspirador. https://www.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2025/documents/20250216-omelia-giubileo-artisti.html

La misión educativa de la universidad

El 6 de noviembre de 2024, se otorgó el título “Honoris Causa, de Magíster en Educación” al cardenal y arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio. Les proponemos aquí su discurso, que fue muy interesante. Especialmente cuando habla a partir del minuto 7:22 de los 3 pilares de la misión educativo de la universidad: la sabiduría de la esperanza, la sabiduría de la fraternidad y la sabiduría para la paz.

Como hablar con otros que piensan distinto

En este Ted Talk, que dura 15 minutos, Guadalupe Nogués nos recuerda la importancia de saber conversar. Recuperar nuestra capacidad de dialogar es esencial para una sana convivencia.

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