APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE ESPERANZA

ELPIS, TIKVAH, AMAL: UNA APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE ESPERANZA DESDE LA FILOLOGÍA, LA ANTROPOLOGÍA Y LA TEOLOGÍA La esperanza: un elemento antropológico constitutivo del ser humanoHace ya algunos años, en toda España se hizo famosa la historia del perro Canelo. Canelo era un can que había acompañado a su humano hasta la misma puerta de un hospital de Cádiz y permanecía allí día tras día esperando su regreso sin saber que el buen hombre había fallecido. Muchos fueron los que, conmovidos por la situación, intentaron quitar al animal de la calle y darle refugio, pero Canelo, perseverante, volvía una y otra vez al mismo sitio y allí tuvo su hogar hasta el día en que él también cruzó el arcoíris.Cada vez que el hecho se ha relatado, ha sido para hacer hincapié en la lección de fidelidad de Canelo y en su amor incondicional por la persona con la que compartía su vida, elementos, sin duda, determinantes de su actitud. Pero se pasa por alto otro motivo, no menos importante, que lo llevó a no cejar en el empeño de reencontrarse con el que era su compañero: la esperanza.Y es que, incluso en los animales, no se puede entender el principio de resiliencia sin la esperanza. Ante la adversidad, sólo la confianza en el futuro, la certeza de que no todo está perdido porque existen potencialidades que aún no se han desarrollado son los pilares que sostienen las fuerzas para seguir luchando. Podríamos decir, por tanto, que la esperanza es un elemento antropológico constitutivo del ser humano caracterizado como realidad histórica y ser en continuo desarrollo, tanto personal como social. La esperanza: un impulso motivadorEn este sentido, la Asociación Estadounidense de Psicología define la esperanza como «la expectativa de tener experiencias positivas o de que una situación potencialmente amenazadora o negativa no habrá lugar o que, en última instancia, se tornará en un estado de cosas favorable ». Y no podemos olvidar a este respecto, las conclusiones del investigador Martin Seligman, quien, tras haber estudiado el proceso de la indefensión aprendida, en su última publicación, El circuito de la esperanza, concluye que dicho circuito es una estructura cerebral asociada a la corteza prefrontal de funcionamiento complejo por el cual, ante las amenazas y adversidades, el ser humano supera la pasividad de la indefensión y pone en marcha mecanismos de acción y perseverancia a fin de lograr objetivos de superación .Cabe, por tanto, destacar que la esperanza, como impulso motivador del ser humano ha estado presente en todas las culturas, si bien siempre con un aspecto ambivalente: por una parte ha sido valorada por su capacidad de sostén ante la adversidad, pero por otra también denostada como nutricia de falsas expectativas. De ahí que sea importante distinguir muy bien entre la vana ilusión sin fundamento y la esperanza sólida impulsora de la acción. La esperanza salvará al ser humano cuando no encuentre nada más…Para los griegos, la esperanza, Ἐλπίς, era una diosa relacionada con Πίστις, la confianza, y Σωφροσύνη, la moderación, las tres personificaciones de conceptos alegóricos. La esperanza fue lo único que quedó en el ánfora cuando, tras destaparla Pandora todos los males se dispersaron por la tierra. Es lo que nos cuenta Hesíodo en Los trabajos y los días: «Pero aquella mujer, al levantar con sus manos la enorme tapadera de un ánfora, permitió que se esparcieran (los males) y procuró a los hombres lamentables desazones. Sólo quedó allí dentro la Esperanza, aprisionada entre inquebrantables muros bajo los bordes del ánfora pues no pudo volar hacia la salida ya que antes cayó la tapadera del ánfora por voluntad de Zeus portador de la égida y aglutinador de nubes» . Podemos preguntarnos, ¿es la esperanza en el texto de Hesíodo uno más de los males o representa la única oportunidad de la humanidad para hacer frente a estos? ¿Quedó en el ánfora porque Zeus no quiso que el ser humano se abandonara a una falsa ilusión o permaneció allí para recordar que siempre es posible esperar?El texto no nos aclara tal punto. Quien sí lo hace es el poeta Teognis, que da otra versión del mito. Para este autor, cuando la curiosidad llevó a Pandora a destapar el recipiente, salieron los bienes, que volaron al cielo para abandonar la tierra, en donde el único buen espíritu que quedó fue la esperanza: «La Esperanza es el único buen númen que queda entre la humanidad; los demás se han marchado al Olimpo. La Confianza, una deidad poderosa, se fue también, la Moderación se ha alejado de los seres humanos, y las Gracias, mi amigo, han dejado la tierra. Ya no hay confianza alguna en los juramentos de los hombres ni tampoco nadie da culto a los dioses inmortales; la raza de los piadosos ha perecido y la humanidad ya no reconoce las leyes de comportamiento ni los actos de piedad. Pero mientras el hombre viva y vea la luz del sol, que muestre temor a los dioses y cuente con la Esperanza. Que ore a los dioses y queme grandes huesos de muslo, en ofrenda a la Esperanza en primer y último lugar ». A pesar de que la bondad haya abandonado el mundo, Teognis insiste en el valor de la esperanza, es un «buen númen» que salvará al ser humano cuando no encuentre nada más.En Roma, siguiendo esta tradición, se alzaban altares a Spes, la «ultima dea», ya que la esperanza es lo último que queda a la humanidad, lo que permaneció en el fondo de la tinaja cuando todo lo demás había desaparecido. La esperanza: una certeza y una actitudEn hebreo, la palabra esperanza es תִּקְוָה (tikvah), de la raíz verbal KVH, «unir con una cuerda», «recolectar». De hecho, otro de los significados del término es «cuerda», «soga». La esperanza no es algo abstracto, sino que se palpa, se toca con la mano. A la esperanza la persona se tiene que agarrar, debe asirla con fuerza, como quien se aferra a un cabo para no perecer en la tempestad,

Amistad con mayor transparencia

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Creo que el ser humano es un ser sediento de amistad, y en la medida en que se va abriendo a la amistad con los otros, su ser se va esponjando como por milagro. Son muchas las personas que a lo largo de la historia se han expresado por escrito sobre la amistad. Quizá, se deba a la gran importancia que tiene la amistad en la vida del ser humano para su desarrollo global, su armonía interna, sus relaciones con las otras personas y con el mundo. ¿Cómo vivir la amistad para que vaya siendo cada vez más verdadera? La pregunta es importante pero no es fácil de contestar, pues no existe receta. Sin embargo, podríamos reflexionar sobre ciertas características que podrían ayudarnos a quitar las basuras que, a veces, tanto la empañan y así poder vivir la amistad con mayor transparencia. 1. No forzar: La amistad no se puede imponer. No podemos forzar a nadie a ser amigo nuestro, ni tampoco nadie puede forzarnos a ser amigo de nadie. La amistad o es libre o no es amistad. Los amigos, además, han de ayudarse mutuamente para hacer crecer la amistad del otro. Que cada día se ‘necesiten’ menos en todo aquello que no sea la pura amistad. Así irán viviendo cada vez más la dimensión de gratuidad por la sola amistad. No se pueden crear dependencias fuera de la mera amistad ni facilitarlas. Eso no quiere decir que en virtud, precisamente, de esta amistad benevolente, nada egoísta, uno no esté dispuesto a hacer por el amigo cualquier sacrificio y ayuda. 2. No engañar: No puedo disimular, haciendo creer al otro que soy distinto de lo que soy, para que el otro me ame. Lograría, así que el otro fuera amigo de lo que yo aparento ser, pero que no existe. Tampoco he de idealizar al amigo, enaltecerlo, en el fondo, por propio orgullo al poder decir: esa persona tan excelente ¡es amiga mía! Pudiera ser que si lo miro tal cual es, me parezca que no lo voy a amar y entonces lo hago más grande, lo adorno con virtudes que no tiene y así, ahora sí, creo que es digno de que yo le ame. De ahí vienen muchas rupturas en las amistades cuando llegan a contemplar al amigo tal cual es. 3. No ilusionar vanamente: Ilusionar es engañar simulando por mi parte una disposición a la amistad que en realidad no tengo. Es dejar creer al otro que voy siendo amigo suyo, sabiendo que no es así. Saber que le estoy engañando respecto a mis disposiciones y no sacarle del engaño. O hacerle soñar y desear cosas que uno sabe que, en realidad, no puede ofrecer. 4. No ser egoísta: La persona egoísta somete la amistad a su propio bien. No puedo ser amigo de otro teniendo como objetivo primario mi bien, buscando casi sólo mi propio provecho. He de buscar principalmente el bien de mis amigos, desear hacerles felices. 5. No comprometer: O sea, poner en peligro de cualquier índole al amigo, precisamente por nuestra amistad en sí. No podemos divulgar la amistad que tenemos con alguien si por alguna razón ello le compromete o perjudica. 6. No ironizar: La ironía es hacer una broma punzante del otro; es dejarlo en mal lugar, es hacerle un poco de sangre. No se ha de ironizar a nadie, pero mucho menos a los amigos. ¿Por qué? Por dos razones: porque para ello se utilizan, a menudo, conocimientos y datos que son de la intimidad de la amistad, y además porque me aprovecho del amigo dado que él, por el bien de la amistad, quizá no responda del mismo modo. 7. No prostituir: No hemos de utilizar la amistad para otros fines. He de amar al amigo por lo que es, no por lo que puede dar, ni por el beneficio que puedo sacar, ni por el prestigio que pueda obtener al ser amigo suyo. No se puede buscar la amistad como medio para otras cosas. La amistad debe ser término en sí misma. No pretender conquistar la amistad con bienes materiales, sin darnos verdaderamente. 8. No cazar ni dejarse cazar: La amistad nos hace libres, no puede esclavizar. Se es amigo porque se quiere y se sigue siendo amigo porque se sigue queriendo. La amistad no debe atar. Hay gente que tiene miedo de que el amigo se le vaya y va tejiendo una sutil tela de araña hasta que lo enreda y lo tiene preso dentro. Por otro lado, hay personas que tienen un cierto miedo a ir por la vida, y se hacen vasallos de alguien más fuerte. Entonces, dentro de esa voluntaria red, se sienten felices pero están cazados para toda la vida. La amistad es una entrega, pero una entrega que, a la vez, te hace ir siendo más libre, no te ata, sino que te ayuda a desatarte de toda trampa. Antes hablábamos de no forzar. En esta característica de la amistad que ahora tratamos, el amigo no es de mi propiedad. No hemos de tratar de poseer personas, nunca. 9. No mandar ni dejarse mandar: Donde hay mando, es que hay autoridad, obediencia, eso mata la amistad. Mientras haya jerarquía (por ejemplo: padres-hijos, empresarios-obreros, entre otras) no puede haber verdadera amistad. En ésta, ha de haber libertad, nada de coacción, nada de dependencia o de obligación. Es propio del amigo no mandar sino pedir, solicitar, proponer. Y viceversa, no obedecer sino acoger, ser delicadamente dócil, pero libremente, no como un esclavo sino como un ser humano libre. 10. Amar y dejarse amar: Es mutuo por parte de todos los seres amigos, el amor. Si de estos sentimientos, yo soy el que quiere dar agua, pero como si nunca necesitara de ella, no pido que me quieran, incluso no me dejo querer, la amistad, así, se va desequilibrando. Dejarse querer es una tremenda humildad. Nos cuesta porque para ello tenemos que reconocer que somos limitados y que también necesitamos que nos amen,

Carnaval

Por Carnaval nos disfrazamos. En Cuaresma estamos invitados a llevar el vestido de la Transfiguración. Es un vestido diferente de todos los demás, ¡porque no nos cubre! Este traje es tan luminoso que muestra todo el misterio de la persona; nada queda escondido… Los discípulos Pedro, Santiago y Juan han podido ver la divinidad de Jesús. Han entendido mejor quien era Jesús, el Hijo bien amado. Dios nos invita a todos a una transfiguración, en el sentido de mostrarnos tal como somos, dejando fuera las apariencias… Y así, llevando el vestido de la transparencia, de la desnudez, de la autenticidad, del realismo, de la verdad, lo divino – que tiene cada uno de nosotros – se hace visible. Entonces, ¿quién no quisiera como Pedro, plantar una tienda para quedarse en el Tabor? ¡Pero hace falta bajar y estar dispuestos a dar nuestra vida para transfigurar el mundo! Pauline LodderFuente: Luz de clara esperanza, Edimurtra

Mensaje para los artistas

Con ocasión del año jubilar de la Iglesia Católica Romana el papa Francisco recuerda a los artistas su responsabilidad y lo que pueden aportar a la humanidad. Un mensaje inspirador. https://www.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2025/documents/20250216-omelia-giubileo-artisti.html

Una sociedad libre de ceguera

Cada 15 de enero se conmemoran el natalicio de Martin Luther King (1929-1968), quien dedicó gran parte de su vida a la defensa de los derechos civiles de los afroamericanos, pero también a la construcción de una sociedad libre de “ceguera”, en donde todos coexistiéramos pacíficamente.Compartimos este artículo sobre su vida, su lucha y sus convicciones… https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/el-perdon-no-es-un-acto-ocasional-es-una-actitud-permanente-martin-luther-king

¿Qué esperamos?

Me pregunto: ¿Qué esperamos? En tiempos de Jesús el pueblo judío esperaba un Mesías… El fundamento de esta esperanza era la convicción que Dios cumple con su promesa. Pero ¿cuál fue esta promesa?En realidad, la percepción de la promesa de Dios fue evolucionando…En un principio no se hablaba de un Mesías. Más bien se trataba de la promesa de una tierra, de una descendencia…El profeta Isaías formula la promesa de Dios de otra manera: habitará el lobo junto al cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el ternero y el leoncillo pacerán juntos, un muchacho pequeño cuidará de ello…Su interpretación es que Dios prometía un mundo sin violencia… Cuando en Israel se instaura la monarquía, empieza la creencia que la promesa se realizará a través de una persona: un rey salvador…Pero resulta que después de cuatro siglos de monarquía no hubo paz, y el pueblo fue deportado a Babilonia. El hecho es que Dios nos sorprende siempre: ¡cumplió su promesa a través de una mujer! Dios anuncia a María de Nazaret que dará a luz un hijo y le pide que le ponga el nombre de Jesús, que significa El Salvador. Ella dice “sí” y, reformula las promesas de Dios proclamando el Magníficat.Los cristianos solemos afirmar que la promesa se ha cumplido en Jesús: que Él con su vida y sus palabras, inauguró el Reino de Dios aquí en la tierra. Me pregunto: ¿qué quiere decir esto cuando el mundo hoy arde de violencia, guerras e injusticias y está lleno de pobres, cautivos, ciegos, oprimidos…?La clave está quizás en María… Ella entendió que Dios, para realizar su promesa espera nuestra adhesión a su proyecto, llamado Reino de Dios; espera nuestro “sí”. Y este “sí” de la humanidad, -de cada uno de nosotros-, a la paz, la justicia, y el amor, tarda en darse. En vez de preguntarnos ¿qué esperamos?, quizás habrá que decir ¿Qué esperamos para dar nuestro “sí”? ¿Por qué tardamos tanto en confiar en el proyecto de Dios? La esperanza cristiana es que cada vez más personas digan “sí” a la invitación de Jesús: “que os améis unos a otros como yo os he amado.” (Jn 15, 12). Pauline Lodder, Pineda de mar

La vida vale más que una causa

El ataque del 7 de octubre 2023 de Hamás y otros grupos armados contra Israel, agravó de tal manera el conflicto árabe israelí, que un año después, solamente en Gaza, ya hay más de 40.000 muertos y 96.000 heridos. Además, ha desencadenado la violencia en toda la región del Medio Oriente, implicando otros países. También ha polarizado al Occidente: parece que todos tenemos que escoger entre ser pro-Israel o pro-Palestina. Acabo de leer un libro que se llama “Hijo de Hamás” . Se trata de la historia de Mosab Hassan Yousef, hijo mayor de unos de los fundadores de Hamás. Leer el testimonio de una persona directamente implicada en el conflicto nos abre horizontes diferentes a lo que, en general, proponen los medios de comunicación dominantes. El libro nos sumerge en la realidad de un niño palestino que en su infancia tiró piedras a los israelitas; de joven estuvo en prisión. Y viviendo al lado de un gran cementerio vio cada vez más entierros de jóvenes. Poco a poco, Mosab se da cuenta que la violencia no tiene sentido y cuando le ofrecen trabajar como espía para Israel, su objetivo principal es de evitar que haya más muertos a causa de los atentados terroristas. Su visión de la vida cambia definitivamente cuando entra en contacto con cristianos y lee el Nuevo Testamente. Unos de los versículos que más le impresiona es: Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. (Mt 5, 43-45). Mosab desea amar a todas las personas y descubre que los verdaderos “enemigos” a combatir son la codicia, el orgullo y las ideologías que viven en nuestro interior. Me pregunto ¿cómo es posible que en Occidente nos dejemos polarizar, en vez de promover una espiritualidad basada en el amor a todos? ¿Por qué no defendemos que la vida de los presentes en este mundo, -de las israelís, de los palestinos, de los rusos, de los ucranianos, y de cada persona que habita la tierra-, vale más que cualquier causa…? No nos dejemos llevar por la riada de violencia que inunda el mundo actual: ¡Seamos artesanos de paz! Pauline Lodder

Expectativas: ¿Por qué nos afectan y cómo manejarlas mejor?

Aprender a diferenciar los tipos de expectativas que existen te ayudará a poder materializar lo que realmente quieres. Introducción Parece que no existe un solo concepto de expectativa, ya que hay tantas expectativas en el mundo como creencias para el ser humano. Podemos hablar de las expectativas predictivas, de las expectativas normativas, de las expectativas merecidas, de las realistas y de las que se alejan de todo esto y nos permiten soñar en grande. Y no es que soñar a lo grande tenga algo de malo, pero si no somos conscientes de las consecuencias de vivir solo desde estos puntos de vista, puede llegar a ser contraproducente a largo plazo. No te preocupes. En este artículo, te contamos la forma en la que nos afectan las expectativas, sobre todo, cuando vienen del entorno. También hablaremos de cómo podemos estar en sintonía con nuestros deseos para hacerlos realidad. ¿Qué son las expectativas? No podemos brindar una definición de expectativa o teoría de las expectativas sin antes mencionar que estas se basan en aquellas creencias personales o deseos que tenemos sobre lo que sucederá o no en determinado momento.  Una expectativa de vida puede estar basada en una gran combinación de experiencias personales, anhelos, entornos y, ¿por qué no decirlo?, también de las personas que nos rodean. Es difícil hablar de expectativas por primera vez sin considerar que su raíz se divide tanto en aspectos subjetivos como en aspectos objetivos.  Algo muy curioso de las expectativas es que no suelen ser de la misma forma, es decir, existen expectativas de pequeña posibilidad y otras tantas que son casi seguras de materializar. ¿Cómo se manifiestan unas y otras? Ahí es donde está la gran pregunta, ya que muchas veces no somos conscientes del origen. Algunos anhelos pueden venir, tal vez, de forma automática, alimentados por nuestras ilusiones. Otros, por su parte, sí pueden ser de carácter reflexivo, y están más ligados a una posibilidad razonable.  La teoría de las expectativas no habla de algo malo, todo lo contrario. Forma parte de la motivación humana. Es una realidad. Es la información disponible que tenemos a nuestro alcance y que nos permite prepararnos para el futuro. A través de ella, podemos armar planes de acción ante determinadas situaciones. Tipos y ejemplos de expectativas Existen distintos tipos de expectativas. Conocer cada uno te ayudará a mantenerlas más ajustadas a la realidad y, desde luego, a poder materializarlas. ‍Expectativas predictivas‍ Con este tipo de expectativa, estamos casi seguros de lo que va a suceder en alguna situación cercana. Podemos imaginar, por ejemplo, lo que ocurrirá en la próxima entrevista de trabajo que tenemos agendada. Funciona como una recreación de lo que esperamos que suceda. Por lo general, estos pensamientos están estrechamente relacionados a situaciones similares vividas anteriormente, momentos parecidos que nos predisponen o, tal vez, se basan en experiencias de personas cercanas a nosotros. Además de imaginarnos un escenario, también mantenemos una expectativa en cuanto al estado de ánimo que podríamos tener: ¿estaremos felices, tristes, melancólicos, etc.? ‍Expectativas normativas‍ Pensar que una persona no va a fumar en un espacio cerrado, que un funcionario público nos tratará con amabilidad o que una persona no verá su móvil mientras cruza una calle son algunas de las expectativas que forman parte de las normas que hemos asumido dentro de la sociedad.  Todos conocemos y compartimos ciertos valores, es la información disponible que tenemos como colectivo. Por lo tanto, esperamos que los demás se comporten de determinada manera en diferentes situaciones sociales. ‍Expectativas merecidas‍ Puede ser una de las expectativas más subjetivas que tenemos, ya que se alimentan de lo que creemos merecer, desde nuestro punto de vista. Por ejemplo, si somos buenos empleados (cumplimos con nuestras obligaciones, somos puntuales, tratamos a todos con respeto, y más), pensamos que el próximo ascenso será nuestro. ‍El problema de este tipo de pensamientos empieza cuando son irracionales. Aquí ignoramos los deseos de otros, no contamos con los imprevistos propios de la vida ni con la incertidumbre constante. Las consecuencias de esto son indignación y sufrimiento. El mundo no nos parece justo, pero no significa que lo sea. Es nuestra percepción.  ¿Cómo nos afectan las expectativas de los demás? Es cierto que las expectativas que tenemos de nosotros mismos nos afectan. Pero también es cierto que las expectativas que los demás tienen de nosotros pueden llegar a transformarnos, tanto así, que podemos llegar a tener actitudes que antes no podíamos ni imaginar. Las creencias de los demás sobre nosotros son una fuerte influencia. El psicólogo e investigador Bob Rosenthal, al principio de su carrera, demostró cómo los pensamientos y expectativas personales pueden influir en lo bien que una rata maneja un laberinto. Como parte de su experimento, colocó carteles con las palabras «inteligente» y «tonta» en las jaulas de las ratas. Ninguna de estas categorías era cierta. Fueron colocadas al azar por primera vez. Luego, invitó a su laboratorio a un grupo de investigadores y les propuso trabajar con las ratas para ver que tan bien completaban un laberinto. El resultado fue que las ratas «inteligentes» lo hicieron el doble de bien que las «tontas». Puedes conocer más de este experimento aquí. El experimento de Rosenthal y de sus colaboradores reflejó la influencia y la importancia de la teoría de las expectativas. El concepto que tiene el ser humano sobre sí mismo se ha creado por las expectativas que tienen los demás. Si miramos atrás, podremos darnos cuenta de esto: nuestros padres han sido una gran influencia, al igual que nuestros maestros y amigos de la infancia. Este tipo de influencia puede tener importantes consecuencias: positivas y negativas. Este efecto, conocido como Pigmalión, es muy importante para entender cómo influimos los unos con los otros. Si estamos trabajando en una empresa, podemos ver el efecto Pigmalión cuando uno de los líderes tiene formada una determinada imagen de sus empleados y los trata según esa expectativa que se ha formado en su mente. El empleado puede percibir esa mirada, aunque nadie se la diga. Si es positiva,

Tomando caminos de libertad

Se llamaban: Odilia, Margarita, Matilde, pero había muchas otras. Sus comienzos datan de finales del siglo XII y siglo XIII, y otras siguieron su ejemplo tiempo después. Sus orígenes: el norte de Europa… pero según se sabe hubo también después en otros lugares… ¿Su anhelo? Vivir en intimidad con el Trascendente y servir a los más necesitados; por ejemplo, en hospitales. Un cuido desde el amor. En aquella época, las mujeres, en especial las de una cierta posición social, tenían como opción contraer matrimonio, frecuentemente por decisiones de los padres de los contrayentes para unir patrimonios. O bien entrar en las órdenes monásticas. Lugares de oración, vida comunitaria e importantes focos de cultura de entonces, y que conllevaba en general la clausura. Pero estas mujeres, conocidas como beguinas, decidieron vivir su única vida de una manera que en aquella época era novedosa y, a la vez, vista por algunos con recelo. Una vida fuera de las estructuras entonces conocidas y viviendo de su trabajo. Usualmente hacían labor manual en la industria textil, otras como copistas de libros; no existía aún la imprenta. Muchas cultivaban y vendían hierbas y plantas medicinales. Las beguinas eran célibes y lo eran por decisión propia, pero podían libremente dejar el beguinato si lo deseaban y tomar otra opción de vida. Muchos de sus textos han ido atravesando los siglos hasta hoy. Se trata de poesías, correspondencia y otros escritos en los que plasmaban su experiencia espiritual y reflexión teológica. Algo novedoso en ellas es que escribían en su lengua materna y no en latín, lengua usada en la Edad Media como lengua de enseñanza, de literatura, de ley, etc. Por ejemplo, Hadewijch de Amberes, es la primera mujer de la historia en escribir en lengua flamenca. Dicen que no escribió en latín, aunque lo conocía bien. Como las demás beguinas escribieron en lengua vernácula para ser entendidas por todos. Si bien hubo personas que las apoyaron, también hubo quienes las criticaron duramente. No era bien visto en aquel tiempo que mujeres vivieran la vida que llevaban sin un tipo de estructura, sin dependencia de sus padres, maridos u órdenes religiosas. La crítica fue más allá y se les persiguió y presionó para que dejaran la opción de vida que llevaban.  Algunas de ellas terminaron su vida en monasterios, siendo en sus nuevos hogares, lo que ya eran: luz para los demás. Margarita Porete, que fue perseguida y obligada a retractarse de sus escritos, resistió en silencio y lo pagó con su vida. Hoy se puede visitar algunos de los lugares donde vivieron, en ciudades como Brujas, Lovaina, Ámsterdam. Trece de estos lugares llamados beguinatos han sido declarados patrimonio cultural de la UNESCO. Accediendo por un portón encuentras casitas formando un círculo con un gran jardín en medio. Es un espacio donde se respira paz. Mujeres valientes, mujeres de una gran libertad interior. Tomando caminos de libertad abrieron caminos para otras muchas… Algunos libros para seguir profundizando:– María Cristina Inogés Sanz, “Beguinas, memoria herida”, PPC, Madrid 2021– Prado Pérez de Madrid, “El beso de Dios, Las beguinas y la espiritualidad del Amado y los cuidados”, San Pablo, Madrid, 2023 María de Jesús Chávez-Camacho Pedraza, Pineda de Mar, publicado en revista RE https://www.revistare.com/2024/06/tomando-caminos-de-libertad/

Desvelos por la Paz

Escribía el filósofo J. M. Esquirol que, en ocasiones, la solidaridad es una suerte de desvelo, la más saludable de las caras del insomnio, la “de no poder salir de la vigilia, de no poder dormirse, de no poder abandonarse a la inconsciencia”. Este es el desvelo que ha mantenido a muchas mujeres en estado de alerta para incidir en bien de sus sociedades, para trabajar en bien de la paz. Trabajo que ha sido reconocido internacionalmente con galardones de gran prestigio. En estas mujeres convive la formación con la astucia y la creatividad. Toda una tradición de vida al margen de los cauces institucionales ha agudizado, sin duda, la generación de vías alternativas para luchar por las cosas que han considerado necesarias o importantes. Y ello sostenido, fundamentalmente, por una tenacidad a prueba de cualquier intento de desaliento o desacreditación: quien ha crecido fuera de los baremos del reconocimiento, se sostiene sin que la falta de apoyo merme lo más mínimo el empeño decidido por mantenerse en la brega. En el caso del Nobel de la Paz, ha recaído sobre mujeres en varias ocasiones desde que Bertha von Suttner lo recibiera en 1905. Su texto «Abajo las armas» (Die Warfen nieder) se convirtió en un acicate para la sociedad de su tiempo: urgía describir con realismo qué es lo que la guerra genera y cuáles eran los ingredientes sociales que, en su opinión, actuaban como cómplices de esa lógica perversa que llevaba a resolver los conflictos a través de la guerra en lugar de hacerlo con el uso de la palabra. Hace unos años, en 2003, era la jurista Shirim Ebadi quien recibía este prestigioso galardón, convirtiéndose en la primera iraní y la primera musulmana merecedora de él. Cuando Ebadi fue apartada de la judicatura con la llegada del nuevo régimen, se concentró en defender los derechos humanos de la mujer y la infancia, además de representar a disidentes y liberales perseguidos por la justicia. Es decir, su empeño es garantizar en lo posible el derecho a un juicio justo, a una defensa profesional de los ciudadanos perseguidos por su desafección al sistema imperante. Como tantas otras de estas mujeres, solo acepta el protagonismo como una contribución a la difusión del trabajo que se está llevando a cabo a favor de la justicia. El convencimiento de Ebadi es que la transformación ha de producirse desde dentro, por eso hay que vertebrar una sociedad civil que no permita a los gobiernos que lleven a la guerra a sus gentes. Por ello claramente se posiciona en que lo invertido en guerra, se invierta en estimular a los movimientos sociales para que sean ellos los que pasen a deponer pacíficamente a los gobiernos dictatoriales. Y, sin ir más lejos, recordemos que el Nobel de la Paz de 2011 ha sido adjudicado a tres mujeres, de largo recorrido activista en bien de la paz y la reconciliación. Se reconoce su lucha por las mujeres, cierto, pero el beneficio de esa tarea redunda en bien de todos por igual. Son agentes del cambio social y político de sus países. El primer ministro noruego afirmó tras hacerse público el nombre de las tres galardonadas, que se trataba de “un tributo a todas las mujeres del mundo y a su papel en los procesos de paz y de reconciliación.” Procedente del ámbito de la economía, Ellen Johnson-Sirleaf se convirtió, al ganar las elecciones de Liberia en 2005, en la primera mujer africana que accedía a la presidencia de un gobierno estatal por vía democrática. Asumió un país roto y dividido por la guerra civil y prometió ser implacable con la corrupción. Poco antes de que esta mujer llegara al gobierno, había tenido lugar una singular campaña encabezada por la activista Leymah Gbowee, asistente social y miembro de la Red de mujeres por la paz y la seguridad en África. Una huelga de sexo fue secundada por mujeres de distintas etnias y religiones con un solo fin: detener la segunda guerra civil que desangraba a ese país, cosa que lograron en 2003. Esa fue, tal vez, la más pintoresca de las iniciativas, pero no fue menor la decisión de poner barricadas en las puertas donde los hombres estaban a punto de romper las conversaciones que tenían que llevar a un acuerdo de paz: no les dejarían salir de allí sin un acuerdo firme para terminar con la guerra. La tríada reconocida en 2011 se completa con la periodista y política yemení, Tawakkul Kerman, que forma parte de la oposición activa al régimen dictatorial vigente desde hace treinta años en la persona de Saleh. Dada la vinculación de Kerman con el grupo de Mujeres Periodistas sin Cadenas, se considera que con su premio se respalda también a los jóvenes blogueros que han sido partícipes fundamentales de las primaveras árabes de 2011. Ella misma se apresuró a dedicar el Premio a todos los jóvenes y mujeres de las revoluciones pacíficas que han estado teniendo lugar en varios países africanos, considerando que el Nobel es una victoria para su revolución. El derecho de la persona a la vida y con él la posibilidad de consecución de la felicidad es lo que tantas mujeres a lo largo de la historia han defendido y promovido con su trabajo en áreas de la vida personal, familiar, social y política, aun cuando para hacerlo hayan tenido que desmarcarse de los roles adjudicados. Estas mujeres, en uso de su libertad, se han adherido y entregado a lo que, como ya decía von Suttler es la mejor de las causas posibles: la del pacifismo, entendiendo que la paz es condición de posibilidad para el desarrollo de una vida plena. Quizá por esa especial sensibilidad, no sea extraño que, dentro de la amplia minoría que suponen las mujeres premiadas con un Nobel con respecto de los varones (algo así como un 5%), sea en la categoría de la Paz donde mayoritariamente han sido reconocidas. Hay quien apunta que es la natural configuración biológica de la mujer preparada para la gestación y la atención de los recién nacidos, lo que hace que el trabajo por la paz de tantas mujeres

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