Aspiramos a vivir en paz

Recomendamos leer este excelente artículo del obispo de San Feliu de Llobregat.– la guerra es siempre una derrota para la humanidad– el armamentismo y la escalada bélica son una locura– hay una creciente manipulación de la opinión pública mediante la difusión de narrativas que justifican la guerra– los pueblos y los ciudadanos aspiran a vivir en paz https://revistaecclesia.es/rearme-europa-paz-dialogo-doctrina-social-iglesia

Sabré morirme

Sabré Morirme - E. Akyurt, Pixabay

Es una mujer, inquieta, poetiza, actriz, y no deja de sorprendernos. Magdalena S. Blesa, ha publicado varios poemarios, llenos de vida, aprendizajes, inquietudes y reflexiones sobre la vida, la familia, los otros, los que sufren, la resiliencia, la capacidad de lucha, los sueños… Transcribo uno de sus últimos poemas sobre la muerte, mi muerte. Esa muerte que tanto temor nos da, pero es parte de la vida. La muerte que llevo en mí, dentro de mí, va conmigo, me acompaña en la vida desde que empecé a existir. Y sé que un día o una noche, moriré.   El poema, ¿Sabré morirme yo?  lo encuentras declamado por la autora en su facebook ¿Sabré morirme yo?… ¿Sabré morirme yo, Sabré morirme? Sabré dejarme al mundo y a mis hijos, sabré decir adiós a mi família, sabré decir adiós a mis amigos, sabré cerrar los ojos sonriendo, sabré yo agradecer que ya he vivido, sabré yo comprender que ya es mi hora, sabré dejar mi sitio para que alguien lo ocupe cuando nazca, sabré yo descansar de tanto ruido, sabré soñar con un mundo más justo eternamente cuando me haya ido, sabré dejar mis versos en la tierra pidiéndole a los vivos que dejen de pelear y que se quieran, que se haga más ameno este camino ¿Sabré morirme yo, Sabré morirme? Y lo más importante, ¿sabré yo haber vivido?

La amistad espiritual

La amistad espiritual es el mayor regalo que Dios nos puede dar en esta vida, decía Elredo de Rieval, monje del siglo XII que escribió un libro para ayudarnos a vivir relaciones de amistad que sean caminos de encuentro espiritual.La meta de una amistad espiritual no es el amigo o la amiga, sino el caminar hacia la experiencia de comunión con Dios, con la naturaleza, con los demás y el/la amigo/a y con la persona misma.Compartimos este articulo interesante de José Antonio Vázquez Mosquera en la revista ALANDAR https://alandar.org/espiritualidad/la-espiritualidad-de-la-amistad

El amor es asimétrico

En toda relación de cariño -familiar, de pareja, de amigos-, cada persona ama sólo en la medida de sus posibilidades. No todo el mundo tiene la misma capacidad para dar y recibir amor. Esa capacidad podría ser descrita de muchas formas. Por ejemplo, cuánto la persona realmente conoce y acepta a la otra, cuánto la respeta en sí misma y en sus decisiones libres; si es capaz de escucharla y acoger su realidad, cómo favorece su desarrollo y su bienestar, si tiene paciencia en aquello que le es difícil gestionar… Y para recibir amor, correlativamente se requiere respetarse a sí misma, ser veraz ante la otra persona y dejarse conocer, dejarse cuidar y recibir atenciones… En todo amor auténtico la reciprocidad es clave para que haya una relación sana. Es dar y recibir. Pero incluso en la reciprocidad, el amor suele ser asimétrico. Una de las partes suele amar más intensamente que la otra. O al menos, con tipos de generosidad dispar: en unos campos más que en otros, cosa no siempre percibida en sus matices, de modo que con frecuencia las personas se perciben dando más que lo que reciben. La mayoría de nosotros estamos muy pobremente formados en el arte de amar. Hemos ido creciendo selváticamente a base de experiencias más o menos gratificantes o dolorosas. Nos defendemos, nos escondemos, calculamos… Aun así, casi siempre intentamos amar. Es aquí donde hay que recordar que, sea en la medida y del modo que sea, cuando alguien expresa un gesto de amor sincero y desinteresado, lo hace gratis. En ese dar y recibir, las personas nos regalan su tiempo, su apoyo, porque quieren. Son libres, pueden hacerlo o no. Nada puede exigirse. Y mucho menos reclamarse como «pago» por algo que uno hizo en momentos anteriores. Todo don se da porque se quiere dar. Y toda respuesta o correspondencia, es también gratuita por parte de los otros. El dinamismo de una gratuidad de cariño es difusivo y alcanza mucho más allá de los inmediatos. Llega lejos, irradia hasta quienes no conocemos, por esa indefinible conexión que existe entre las personas. En nuestras relaciones personales asumamos que posiblemente hay quien nos ama mucho y nosotros menos, y en otros casos la asimetría se da al revés: nosotros expresamos más amor que el que percibimos de alguien. Y no podemos ni debemos exigir nada. La primera condición de la amistad es no forzar. Cada uno da lo que puede dar. Así es entre Dios y nosotros. Él da todo. Nosotros, lo que podemos. Pero así su Amor llega lejos. Mucho más allá de nosotros. Leticia Soberón

Se han repartido el mundo

La canción ‘Plus Rien Ne M’étonne’ de Tiken Jah Fakoly es una crítica a la división geopolítica del mundo. Incluyendo la partición de África, que se efectuó por las potencias coloniales. Pienso que hoy, con la creciente desconfianza en los gobernantes de muchos países, lamentablemente podemos decir, en muchas partes, que “ya nada nos sorprende”. La canción nos ayuda a tomar conciencia de la necesidad de cambio ético en nuestros sistemas políticos. Las democracias tendrán que dar un salto cualitativo.

Libre tras los muros de una prisión

MarkoLovric en Pixabay

Leí que algunos definían la libertad interior como la libertad que se desenvuelve en el secreto de nuestra mente; como la libertad de conciencia y de pensamiento. Interna porque el acto de elegir se decide al interior nuestro. Decidir de manera independiente, por sí mismo. Es también la capacidad de llevar hacia adelante la vida conforme a nuestros propios criterios. A veces, esta libertad interior se ejerce al acoger una realidad dura a asumir y transformarla, dándole un sentido. Situaciones que no hemos escogido y que la vida nos trae. ¿Cómo reaccionamos ante lo que nos sucede? ¿Qué actitud elegimos adoptar en la situación que vivimos hoy? Leí un libro sobre un hombre, que personalmente creo da un testimonio de esta libertad interior, en una situación extrema. Está escrito por Pierre Pradervand, sociólogo, periodista y escritor suizo y habla sobre Roger W. McGowen . Roger nació en Houston, Texas, (Estados Unidos) en una familia muy pobre de diez hermanos. Fue encarcelado en 1986. Al final de un proceso que dicen fue una parodia de justicia, Roger fue condenado a muerte en 1987, a la edad de 23 años, por un crimen por el que él clama su inocencia. Sus abogados intentan probar su inocencia y en Suiza hay un grupo de personas que lo apoya. En 2016, gracias al trabajo de un nuevo abogado y al apoyo de muchas personas, Roger fue transferido a una cárcel de prisioneros de derecho común, en Huntsville, Texas. Roger cumple una pena de cadena perpetua y obtendrá la libertad condicional cuando tenga 72 años. Habrá entonces cumplido 50 años de prisión, a menos que se encuentre una prueba de su inocencia. Detrás de los muros de la prisión, Roger ha hecho todo un camino de crecimiento personal y de libertad interior. El libro que Pierre Pradervand  ha escrito, narra el itinerario espiritual de Roger, principalmente a través de sus cartas. Roger comenta que todos los días escucha a la gente quejarse de todo lo que no tienen, pero raramente agradecen a Dios por las bendiciones que han recibido. Y dice que cada día encuentra razones para dar gracias. Roger dice en una de sus cartas: “Mientras haya esperanza, nuestras mentes permanecen libres y nadie puede aprisionar el corazón y el alma de quien ha elegido permanecer libre.» Dice también: “Sólo me pueden aprisionar si yo les doy mi consentimiento. Y yo me niego a darles mi consentimiento.» Roger dice vivir su vida en la prisión como si no estuviera encarcelado, consciente de que ahí donde hay odio, el amor ha de reinar y que donde hay tanta muerte, ha de reinar la vida. Tras los muros de la prisión, Roger ha elegido permanecer libre. María de Jesús Chávez-Camacho Pedraza Publicado en Revista RE (2018)

APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE ESPERANZA

ELPIS, TIKVAH, AMAL: UNA APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE ESPERANZA DESDE LA FILOLOGÍA, LA ANTROPOLOGÍA Y LA TEOLOGÍA La esperanza: un elemento antropológico constitutivo del ser humanoHace ya algunos años, en toda España se hizo famosa la historia del perro Canelo. Canelo era un can que había acompañado a su humano hasta la misma puerta de un hospital de Cádiz y permanecía allí día tras día esperando su regreso sin saber que el buen hombre había fallecido. Muchos fueron los que, conmovidos por la situación, intentaron quitar al animal de la calle y darle refugio, pero Canelo, perseverante, volvía una y otra vez al mismo sitio y allí tuvo su hogar hasta el día en que él también cruzó el arcoíris.Cada vez que el hecho se ha relatado, ha sido para hacer hincapié en la lección de fidelidad de Canelo y en su amor incondicional por la persona con la que compartía su vida, elementos, sin duda, determinantes de su actitud. Pero se pasa por alto otro motivo, no menos importante, que lo llevó a no cejar en el empeño de reencontrarse con el que era su compañero: la esperanza.Y es que, incluso en los animales, no se puede entender el principio de resiliencia sin la esperanza. Ante la adversidad, sólo la confianza en el futuro, la certeza de que no todo está perdido porque existen potencialidades que aún no se han desarrollado son los pilares que sostienen las fuerzas para seguir luchando. Podríamos decir, por tanto, que la esperanza es un elemento antropológico constitutivo del ser humano caracterizado como realidad histórica y ser en continuo desarrollo, tanto personal como social. La esperanza: un impulso motivadorEn este sentido, la Asociación Estadounidense de Psicología define la esperanza como «la expectativa de tener experiencias positivas o de que una situación potencialmente amenazadora o negativa no habrá lugar o que, en última instancia, se tornará en un estado de cosas favorable ». Y no podemos olvidar a este respecto, las conclusiones del investigador Martin Seligman, quien, tras haber estudiado el proceso de la indefensión aprendida, en su última publicación, El circuito de la esperanza, concluye que dicho circuito es una estructura cerebral asociada a la corteza prefrontal de funcionamiento complejo por el cual, ante las amenazas y adversidades, el ser humano supera la pasividad de la indefensión y pone en marcha mecanismos de acción y perseverancia a fin de lograr objetivos de superación .Cabe, por tanto, destacar que la esperanza, como impulso motivador del ser humano ha estado presente en todas las culturas, si bien siempre con un aspecto ambivalente: por una parte ha sido valorada por su capacidad de sostén ante la adversidad, pero por otra también denostada como nutricia de falsas expectativas. De ahí que sea importante distinguir muy bien entre la vana ilusión sin fundamento y la esperanza sólida impulsora de la acción. La esperanza salvará al ser humano cuando no encuentre nada más…Para los griegos, la esperanza, Ἐλπίς, era una diosa relacionada con Πίστις, la confianza, y Σωφροσύνη, la moderación, las tres personificaciones de conceptos alegóricos. La esperanza fue lo único que quedó en el ánfora cuando, tras destaparla Pandora todos los males se dispersaron por la tierra. Es lo que nos cuenta Hesíodo en Los trabajos y los días: «Pero aquella mujer, al levantar con sus manos la enorme tapadera de un ánfora, permitió que se esparcieran (los males) y procuró a los hombres lamentables desazones. Sólo quedó allí dentro la Esperanza, aprisionada entre inquebrantables muros bajo los bordes del ánfora pues no pudo volar hacia la salida ya que antes cayó la tapadera del ánfora por voluntad de Zeus portador de la égida y aglutinador de nubes» . Podemos preguntarnos, ¿es la esperanza en el texto de Hesíodo uno más de los males o representa la única oportunidad de la humanidad para hacer frente a estos? ¿Quedó en el ánfora porque Zeus no quiso que el ser humano se abandonara a una falsa ilusión o permaneció allí para recordar que siempre es posible esperar?El texto no nos aclara tal punto. Quien sí lo hace es el poeta Teognis, que da otra versión del mito. Para este autor, cuando la curiosidad llevó a Pandora a destapar el recipiente, salieron los bienes, que volaron al cielo para abandonar la tierra, en donde el único buen espíritu que quedó fue la esperanza: «La Esperanza es el único buen númen que queda entre la humanidad; los demás se han marchado al Olimpo. La Confianza, una deidad poderosa, se fue también, la Moderación se ha alejado de los seres humanos, y las Gracias, mi amigo, han dejado la tierra. Ya no hay confianza alguna en los juramentos de los hombres ni tampoco nadie da culto a los dioses inmortales; la raza de los piadosos ha perecido y la humanidad ya no reconoce las leyes de comportamiento ni los actos de piedad. Pero mientras el hombre viva y vea la luz del sol, que muestre temor a los dioses y cuente con la Esperanza. Que ore a los dioses y queme grandes huesos de muslo, en ofrenda a la Esperanza en primer y último lugar ». A pesar de que la bondad haya abandonado el mundo, Teognis insiste en el valor de la esperanza, es un «buen númen» que salvará al ser humano cuando no encuentre nada más.En Roma, siguiendo esta tradición, se alzaban altares a Spes, la «ultima dea», ya que la esperanza es lo último que queda a la humanidad, lo que permaneció en el fondo de la tinaja cuando todo lo demás había desaparecido. La esperanza: una certeza y una actitudEn hebreo, la palabra esperanza es תִּקְוָה (tikvah), de la raíz verbal KVH, «unir con una cuerda», «recolectar». De hecho, otro de los significados del término es «cuerda», «soga». La esperanza no es algo abstracto, sino que se palpa, se toca con la mano. A la esperanza la persona se tiene que agarrar, debe asirla con fuerza, como quien se aferra a un cabo para no perecer en la tempestad,

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