Vivificar nuestra zarza ardiente interior

En muchas representaciones de Pentecostés se ven dibujadas unas llamas de fuego encima de los cabezas de los discípulos. Parece como si estas llamaradas han caído del cielo, desde fuera… Pero tengo la profunda convicción que estamos habitados por el Espíritu Santo desde el principio de nuestra existencia. Somos Templo del Espíritu Santo: todo ser humano está habitado por Él. Es un don, es algo dado con nuestro ser. No depende de haber recibido el bautismo, o de celebrar una fiesta. El texto de los Hechos de los apóstoles nos dice: se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa (Hch 2,2). En nuestro interior hay una zarza ardiente, un “yo soy”, y cuando sopla el viento, se enciende. Las llamas de Pentecostés vienen de nuestro interior. Etty Hillesum en su diario escribe: «Un pozo muy profundo hay dentro de mí. Y Dios está en ese pozo. A veces me sucede alcanzarle, mas a menudo piedra y arena le cubren: entonces Dios está sepultado. Es necesario que lo vuelva a desenterrar» (Diario, 97). La fiesta de Pentecostés nos invita a desenterrar nuestra zarza ardiente interior, y dejar que el soplo la vivifique. Hemos recibido con nuestro ser todo lo que necesitamos para santificar el mundo, para inundar el mundo con el fuego del amor. La zarza del Horeb no se consumió; nunca se apagará. Por ello siempre hay esperanza que nuestros corazones ardan, y nos impulsen a trabajar para una nueva humanidad. Pauline Lodder
Mujeres bíblicas

Silvia Martínez Cano, presidenta de la Asociación de Teólogas Españolas, coordina la colección Mujeres bíblicas editado por SAN PABLO. Se trata de unos libros formato bolsillo, que nos hacen descubrir la vida de numerosas mujeres presentes en la Escritura.La belleza de las portadas y del gráfico, la profundidad de los textos escritos por teólogas reconocidas, y las proposiciones para una dinámica grupal, hacen que esta colección sea un auténtico tesoro para divulgar una teología elaborada desde la feminidad.
Desenterrar a Dios

DESENTERRAR A DIOS, El proceso espiritual de Etty Hillesum, Ana Martín Echagüe SEMD, Editorial Sal Terrae, 2021 La autora Ana Martín Echagüe es formadora. Investigando sobre el poder de transformación de la fe, estudió el proceso espiritual de Etty Hillesum. Etty vive un crecimiento humano y de fe impresionante en medio del Holocausto. Ana Martín lo describe con gran claridad y termina con una proposición de un itinerario espiritual para hoy.También añade dos apéndices interesantes: uno que ayuda a entender el contexto histórico y otro con un elenco de algunas oraciones donde Etty se dirige explícitamente a Dios. El libro es un tesoro para acercarse a Etty que con su testimonio nos invita a desenterrar a Dios, a no añadir ninguna gota de odio al mundo de hoy, y a confesar la belleza de la vida en toda circunstancia.
¿Querer es poder?

Algunos dichos populares denotan una sabiduría que surge de las experiencias más vitales, y manifiestan aspectos de la realidad con gran clarividencia, otros, en cambio, a pesar de que integran nuestro imaginario colectivo, y que nos configuran, no necesariamente presentan una visión realista de la realidad. La expresión “querer es poder” es para mí un ejemplo claro de este segundo tipo de dichos populares. ¿Por qué? Esta expresión lleva implícita una noción prácticamente absoluta de la capacidad de la voluntad humana, como si la fuerza de voluntad, el empeño, la dedicación y el esfuerzo, la constancia, permitieran al ser humano alcanzar cualquier cosa que se propusiera siempre y cuando pusiese en ello el brío suficiente. Se olvida de esta forma que el ser humano es, ante todo, un ser limitado. Esto no es ni bueno ni malo, es nuestra forma de ser. Con esta reflexión no quiero negar la importancia de la voluntad, todo lo contrario, ésta es importantísima y necesaria para cualquier acción que emprendamos, es una energía que nos pone en movimiento y en muchos casos, nos lleva a metas que nos parecían inalcanzables a nosotros mismos, pero no nos lleva más allá de nuestro propio límite. A veces realmente querer es poder, pero en otros casos no lo es de forma alguna. La imaginación, la creatividad se mueven en esta frontera del límite. Podríamos decir que estiran la realidad lo más posible, hasta tocar la frontera de lo real y posible, pero no la pueden cruzar. La ciencia, y en la actualidad la tecnología, pueden ser un caso paradigmático de esto que estamos diciendo. Los avances, que además, siguen un ritmo vertiginoso, lo cual puede generar una especie de espejismo que lleve al ser humano a convencerse de que siempre querer es poder. Cuando apareció la televisión los más ancianos no llegaban a comprender cómo se habían podido meter aquellas personas allí dentro. Ahora esta perplejidad nos arranca una sonrisa. Pero la perplejidad ante la complejidad no nos puede hacer perder de vista la realidad del ser humano. Hace unos años, el teólogo Martín Gelabert en un artículo titulado “Las religiones, inspiradoras de humanización”, afirmaba que «todas las religiones, si son auténticas, son humanizadoras»; y continuaba manifestando que «Si las religiones son inspiradoras y promotoras de humanización, entonces es claro que lo humano es criterio de la buena religión. En la búsqueda de lo humano es donde las religiones pueden encontrarse entre ellas y donde pueden ofrecer un criterio objetivo de su bondad a las personas no religiosas.» Del artículo del teólogo valenciano quisiera destacar lo humano como criterio de autenticidad (o de buena religión) y como lugar de encuentro, no sólo entre las religiones, sino también, añadiría yo, para el diálogo fe cultura, y en concreto con la ciencia (y la tecnología que se desprende de la misma), puesto que cuando un creyente mira la creación, mira la misma realidad que el científico, aunque sea desde perspectivas diferentes y con aberturas diferentes, puesto que el ser humano religioso no entiende esta realidad presente como definitiva. Sin embargo puede ser más difícil ponernos de acuerdo en lo que significa lo humano, o aquello que promueve la humanización. Intentemos esbozar algunos criterios. El primero ciertamente puede ser el límite. Desde la tradición judeocristiana se entiende el ser humano como creado, y en este sentido la creaturalidad del ser humano nos remite a Dios. El ser humano es creado y sustentado por Dios. Sin embargo, el límite no es una noción que se desprende de la religiosidad, sino que el límite pertenece a la raíz más profunda del ser, del ser humano, puesto que toda persona es, pero podía no haber existido nunca. No es un dato revelado, sino un dato ontológico. El ser humano es un ser radicalmente frágil existencialmente, y social por naturaleza. La ciencia nos aporta por un lado conocimiento, es decir nos ayuda a comprender la realidad, nuestra realidad, esa misma que es tocada por la mirada creyente y por la mirada científica. Pero una realidad que es limitada y que por ello es contemplada por una mirada que a su vez también lo es, por ello hay que asumir y aceptar con alegría que la realidad siempre tendrá para nosotros una dimensión de misterio. Por otro lado, la ciencia nos proporciona mayores cotas de bienestar, por lo tanto, una ciencia que sea una buena ciencia, es decir impulsora y promotora de humanización tiene que proporcionar un bienestar inclusivo y nunca exclusivo, o pero aún, excluyente, pues si lo fuera no sería verdaderamente humanizadora. En la búsqueda de lo humano, partiendo de la aceptación del límite y por lo tanto de la dimensión de misterio que la realidad tiene, y desde una perspectiva inclusiva puede haber un diálogo fructífero entre la fe (las religiones) y la ciencia, para que ambas promuevan una sociedad más humanizadora. Gemma Manau Fuente: Nuestra Señora de la Paz y la Alegría: Pliego nº 129 (pliegotante.blogspot.com)
Orar

Esta canción de Juan Ignacio Pacheco nos dice con pocas palabras lo esencial sobre el amor, la vida y el servicio.
Entre Oriente y Occidente

Diseño de cubierta: Antonio Santos Entre Oriente y Occidente, Cinto Busquet, Editorial Ciudad Nueva, 2007 El autor, Cinto Busquet (Gerona, 1961) ha vivido 17 años en Japón, donde se licenció en Teología. Se ha especializado en Teología de las religiones. Desea compartir sus vivencias y su unicidad; ofrecer lo que lleva dentro… Nos abre horizontes, y nos estimula a pensar y preguntarnos sobre lo que es esencial. El último capítulo nos habla del rostro de Dios. Dios se muestra a través de los demás y con los demás. Sin duda el testimonio de Cinto, sincero y lleno de belleza, nos ayuda a encontrarnos con Dios.
¿Quién?

El cantautor Luis Guitarra con su música pretende llegar al corazón de la gente. Nace en Madrid (1968) y se inicia en la música desde muy joven. Realiza cursos complementarios de guitarra moderna con Pepe Milán y de canción con Pedro Guerra, en la Escuela de Música Creativa (EMC) al tiempo que realiza la carrera de Periodismo. Humanista comprometido, ha viajado y trabajado en diferentes ONG’s tanto en Latinoamérica como en Africa. Cuenta en su haber más de 120 composiciones, algunas de ellas ganadoras en certámenes de composición e interpretación. Con su guitarra y creatividad, une música, trascendencia y solidaridad dándole a las letras ese toque de compromiso y reivindicación que son reflejo de su vida. En sus canciones nos presenta lugares y personas que ha conocido, también sus convicciones más íntimas de que es posible un mundo mejor en paz y sin violencia. La canción ¿Quién? de Luis Guitarra es un montaje musical en 🎬 VÍDEO SOLIDARIO ¡Ver este vídeo no tiene precio, pero tú puedes darle valor y aportar lo creas que es justo…! El 100% de tu aportación irá destinada a la ong «COMO TÚ, COMO YO» con la que Luis Guitarra colabora desde hace años para mejorar la vida de muchas otras personas en el mundo. ¿Te apuntas a esta cadena de música y solidaridad? 👉 www.comotucomoyo.org/videos Colabora por BIZUM (03562) Info o pedidos de CDs, talleres y conciertos: 🌐 www.luisguitarra.com ➡️ Facebook – @LuisGuitarraOK ➡️ Twitter – @LuisGuitarraOK ➡️ Instagram – @luisguitarraok
El libro de la esperanza

Este libro de Jane Goodall y Douglas Abrams (coautor) es un canto de esperanza. Douglas Abrams con un gran arte de la escritura, suscita preguntas posibilitando así que la conocida primatóloga nos trasmita a través de la experiencia de su vida, el por qué podemos aún tener esperanza en los tiempos actuales en que vivimos. Una vida de una gran fecundidad desde su trabajo de largos años con chimpancés, hasta su labor de despertar conciencias sobre el cambio climático. A raíz de una conversación con 12 estudiantes, Jane creó en 1993 el programa para jóvenes: Raíces y Brotes. El mensaje principal de esta iniciativa que hoy está presente en todo el mundo es : “cada persona individual es importante, tiene un papel que desempeñar y ejerce un impacto en el planeta cada día. Y podemos elegir el tipo de impacto que deseamos ejercer”.
Aquí en el cielo

Aquí en el cielo, María Dolores López Guzman, editorial Sal Tarrea, 2016 La autora María Dolores López Guzmán es licenciada en Filología Hispánica y doctora en Teología. Ha sido profesora colaboradora en diversas instituciones universitarias. En la actualidad dedica su tiempo a los Ejercicios Espirituales, el acompañamiento espiritual, la comunicación oral a través de charlas y conferencias, y la escritura. El libro “Aquí en el cielo” nos ayuda a no oponer el cielo y la tierra, como si el primero fuera el mundo perfecto, frente a lo imperfecto. Los dos mundos – celeste y terrestre-, no están completamente separados ni son ajenos entre sí. Y, desde luego, el cielo no es un añadido a nuestra existencia después de nuestra muerte. Cristo ha venido para instaurar entre nosotros el Reino de los Cielos que no tendrá fin. Él es porción de cielo en la tierra. Hay que mirarlo a Él y seguirle para encontrarse con el cielo. Tenemos que despedirnos de la idea de que existen dos mundos: un mundo de arriba y un mundo de abajo. El cielo está en la profundidad de lo real.
La transparencia de Dios en el Universo

Pierre Theillard de Chardin, un jesuita paleontólogo y filósofo a caballo entre el siglo XIX y el XX, escribía lo siguiente en su obra El medio divino: «Si se puede modificar ligeramente una expresión sagrada, diremos que el gran misterio del cristianismo no es exactamente la aparición, sino la transparencia de Dios en el Universo. Sí, Señor, no sólo el rayo que roza, sino el rayo que penetra. No tu epifanía, Jesús, sino tu diafanía» Lo que maravilla a este jesuita no es el hecho que Dios irrumpa en la historia de la humanidad, sino la transparencia de Dios en el Universo. Dios se deja ver en y a través de lo que crea por y desde su amor. Esto significa que Dios no es un demiurgo que crea el cosmos y separándose de él lo deja a merced de sus propias leyes, sino que lo sostiene y lo habita desde su mismo interior. En el fondo de nuestro ser todos llevamos inscrita la imagen de Dios (Gn 1, 26), toda realidad es reflejo de la belleza de Dios. Alfredo Rubio afirmaba que todos, por el hecho de existir, somos mensajeros de Dios, damos testimonio del Creador, aunque a veces seamos tan sólo escuálidos mensajeros o incluso contra-mensajeros, opacando esta imagen de mil formas, con mil soberbias y orgullos, impidiendo la diafanía de Dios en nosotros. Dios no irrumpe desde fuera de la creación sino desde el corazón mismo de ésta. ¿Invalida esto la revelación de Dios en Jesús? No, en absoluto. Precisamente es en Jesús donde esta diafanía es perfecta, es en su humanidad donde se transparenta más nítidamente el rostro del Padre: «quien me ve a mí, ve al Padre» (Jn 14, 9), al punto de que es La Palabra de Dios hecha carne. Actualmente lidiamos mal con el límite, con el sufrimiento, con la muerte. Creemos que si tuviéramos un tiempo indefinido conseguiríamos la cura para todos nuestros males, vivimos la muerte con angustia, en vez de vivir nuestra finitud con gozo y alegría. Buscamos la perfección en todo, o quizá en casi todo, menos en aquello que Dios nos propone, la perfección en el amor que hace llover sobre justos e injustos. Cuando nosotros buscamos erróneamente convertirnos en seres absolutos rehuyendo el límite, Dios lo que hace es habitar en el interior de lo creado, que por ello es limitado. Cuando lo buscamos lejos y fuera de nosotros, Él nos espera en los más íntimo de nuestro ser. Este es el misterio que nos preparamos para celebrar, el Dios que crea y que habita lo creado, esta es la grandeza de la creación, que aun siendo limitada es habitada y sostenida por Dios. Nos preparamos para celebrar el nacimiento de ese niño que es total diafanía de Dios. Texto: Gemma Manau Fuente: https://hoja.claraesperanza.net/2022/10/la-transparencia-de-dios-en-el-universo/